Actuar hospitalariamente: un proyecto cultural

Fotograma del reel publicado por la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro en su cuenta de Instagram, en enero de 2023.

Texto y voz de Constanza Medina y Mariana L.R.

Puedes elegir escuchar el texto escrito. Tiempo de escucha: 7 minutos, 33 segundos.

Ve y escucha el video en cualquiera de los enlaces siguientes: IG // Facebook

El video que a continuación vamos a analizar fue publicado por la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro en sus redes sociales, el pasado 28 de enero de 2023. El video representa una concepción clasista y obsoleta de un museo público de arte, misma que refleja la ideología de la administración de la secretaría o su falta de criterio. Es, a su vez, una lamentable disuasión para que las personas visiten un museo de arte.

El reel usa una plantilla de audio en inglés que hace una analogía entre lo inaccesible de un museo y una persona humana, comparándoles e igualándoles. La descripción del reel es la siguiente: “Tú eres un museo, eres interesante y digno, digna y digne de apreciación”.

La narrativa del texto oral habla de un tipo de museo que es un espacio inaccesible, estética y conceptualmente, al que pocas personas tienen acceso y que así es como funciona. El hecho de que la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro reproduzca este audio, desvela su propia noción de lo que es un museo de arte. Pareciera, entonces, que como así es, no hay un interés por hacer que un museo público de arte sea un espacio accesible para la ciudadanía en general. Total, algunas personas ni vendrán porque no les interesa; habrá otras que sólo lo visitarán por lo sensacional y otras que transitarán todo el espacio pero no entenderán nada.

¿Qué pasaría si pensáramos en nuevas dinámicas para que los museos de arte dejen de ser espacios intimidantes? … ¿Es esto posible?

La manera en cómo mencionamos nuestro cotidiano es una acción interrelacionada con cómo definimos las cosas, las personas, los objetos y los lugares que describimos. Las palabras y formas que usamos para comunicar muestran la concepción del mundo de quien emite el mensaje –en este caso, la concepción de museo de arte que la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro tiene.

Nos parece problemático que en el siglo XXI las instituciones públicas culturales continúen con estas formas y discursos, heredadas del siglo XVIII. ¿No sería deseable que en esta época construyéramos referentes otros? Ya no desde la periferia sino desde las instituciones, donde se encuentra el poder. Tal vez, si la narrativa de este video fuese otra, una de inclusión, de colectividad, anticlasista, donde el museo de arte no sea un espacio intimidante, inabarcable, inconexo con la vida, las 212 personas que le dieron like a este video le darían like igualmente; y tal vez, el resto de las personas que no otorgamos ese valor al post –no porque no le hayamos entendido, sino porque estamos en desacuerdo con su contenido y forma– daríamos clic.

Nosotras, en respuesta a la postura de la secretaría, nos preguntamos lo siguiente: ¿Qué pasaría si pensáramos en nuevas dinámicas para que los museos de arte dejen de ser espacios intimidantes? ¿Cómo sería un museo público de arte que más bien fuese receptivo? ¿Es esto posible? Nosotras apostamos a que sí lo es. Pero habría que comenzar por describir el espacio de manera distinta y luego entonces, accionar en consecuencia.

Hablemos ahora de la cosificación de las personas humanas y profundicemos en la lógica detrás de la narrativa “gente interesante y digna” vs. aquellas que no lo son. Desde el discurso del audiovisual citado, las personas somos como un museo que hay que conocer a profundidad para ser tratadas con cuidado. Solamente algunas [personas] pasarán horas leyendo en las profundidades de lo que se muestra y ellas son quienes te valorarán/cuidarán, dice la voz en off.

Al hacer una analogía entre un objeto y una persona, los significados se diluyen y las interpretaciones pueden ser varias, al menos dos. En esta frase, dependiendo de si estamos hablando del museo o de la persona se entienden dos mensajes distintos. Si hablamos del museo se entiende que sólo las personas que han leído todo en la sala, los textos sobre los muros y aquellas quienes han interpretado hasta el menor de los signos encontrados, serán quienes logren apreciar el sentido del arte. Desde esta perspectiva, si la persona visitante no comprende, es su culpa, pues no ha sabido “leer” correctamente. Si no entendemos es porque no estamos al alcance de hacerlo, porque desconocemos, porque somos ignorantes, porque no nos esforzamos lo suficiente. Este mensaje es un eco de pensar al museo público de arte desde una postura elitista.

Cuando trasladamos esta frase a la descripción de una persona humana sugiere que sólo aquellas personas que se tomen el tiempo de conocer a otra desde la profundidad, serán aquellas que la cuidarán. Esto es muy cuestionable por varias razones y creemos importante resaltarlo, porque si seguimos pensando que para cuidar a alguien debemos conocerle, entonces ciertos tratos y actitudes injustificadas e indignas seguirán pululando, bajo el resguardo de un: “no le conozco”. Nosotras nos preguntamos si no sería deseable que una institución como la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro –que su trabajo es resguardar la cultura humana– pensara que a las personas se les cuida y se les respeta sólo por ser personas, sin importar si son “interesantes” en términos cuantitativos y cualitativos simbólicos –por ejemplo, si visitan un museo de arte para “cultivarse” o si no lo hacen.

Jacques Derrida define la palabra “extranjero” como una alteridad, una otredad más allá de mí que me interpela, una otra persona con nombre diferente, gustos probablemente desconocidos para mí y una lengua distinta. Una persona misteriosa, alguien que puede compartir conmigo o no mi misma nacionalidad. Con una persona extranjera, dice Derrida, hay que actuar hospitalariamente. La reflexión filosófica importa, porque es a partir de estos pensamientos que podemos comenzar a actuar de manera distinta.

Este video, particularmente, no pareciera ofrecer hospitalidad sino todo lo contrario: en principio, la voz habla en inglés, la traducción está escrita y el paradigma del museo de arte es la de un espacio intimidante. Cuando no tratamos a las personas extranjeras hospitalariamente, entonces las tratamos como bárbaras. En la Grecia antigua el término bárbaro pasó de denominar al pueblo persa, para entonces referirse a un tipo de pueblo extranjero autocrático, que carece de organización representativa y donde no existe la libertad de expresión, ni las leyes igualitarias, ni el concepto de ciudadanía. Habría que cuestionarnos, entonces, si aquellas personas que no son “interesantes como un museo” y por tanto indignas, serían consideradas en este panorama ya no como extranjeras, sino como bárbaras, porque no son bienvenidas.

Pues pareciera que ese es el relato del video: el arte y los museos de arte son para aquellas personas interesantes que le encuentran un sentido, que leen a profundidad y se toman el tiempo de hacerlo –siempre desde el privilegio–. Para el resto de las personas, si bien les va, están el Festival Indígena, las ferias artesanales, el Teatro del Pueblo. Estas personas, que no forman parte de la narrativa del arte institucional –y que no parecen estar invitadas a recorrer los museos de arte de la ciudad–, también existen y también son interesantes y dignas de habitar estos espacios, que son públicos. Estas personas, junto con nosotras y un sinfín de otredades más, forman parte de la cultura contemporánea. Si no encontramos representatividad en nuestras organizaciones gubernamentales culturales, ¿será porque carecen de leyes igualitarias o de un concepto de ciudadanía? Este es un cuestionamiento para pensar a fondo.

2 comentarios en “Actuar hospitalariamente: un proyecto cultural

  1. Avatar de Katherine
    Katherine dice:

    Que bueno que estos videos abran el debate, pues es ineludible el tema del clasismo en los museos. Sin embargo en este texto hay una diversidad de perspectivas amañadas (como equiparar apreciar con cuidar) y que generalizan y totalizan la visión de una institución por un trend. ¿Sería acaso clasista decir que para entender o apreciar un libro hay que leerlo completo? ¿O es discriminatorio admitir que por tus particularidades o por la imagen de la portada, este simplemente no te interese? Sin duda «un cuestionamiento para pensar a fondo».

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    1. Avatar de Panadería Filosófica
      Panadería Filosófica dice:

      Hola Katherine, gracias por tu comentario.

      Sobre tus preguntas, te compartimos unas primeras reflexiones:

      1. La utilización de las palabras “apreciar” y “cuidar” no es una equiparación, sino una decisión nuestra de traducir la palabra “cherish” dependiendo del contexto. “Only few will spend hours reading into the depths of what on display, and those are the ones who will cherish you”, dice la voz en off. En inglés, la palabra “cherish” significa “tratar con afecto”, “proteger” y “cuidar” amorosamente. En nuestro idioma “valorar” y “apreciar” significan “estimar el esfuerzo o cantidad de dinero que algo cuesta” o inclusive “aumentar el valor de un objeto”.

      Por ello, traducimos la palabra “cherish” como “apreciar” o “valorar” cuando se refiere al museo y cuando se refiere a las personas, como “cuidar”. Optamos por esta doble traducción contextualizada porque consideramos que las personas humanas no somos equiparables a un museo o a una obra de arte. Describirnos como tal es un acto de cosificación y precisamente eso es algo que cuestionamos de la plantilla.
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      Sobre la “generalización” y “totalización” de la visión de una institución por un trend no es así. La Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro, en varias otras ocasiones, ha mostrado tener una visión clasista y obtusa de lo que el arte es y de la función de sus espacios de exhibición. El uso de esta plantilla es sólo una demostración más de algo que la misma institución ha ido perfilando en el último año.
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      Sobre tu pregunta respecto al libro, estamos de acuerdo contigo que para entender un libro de la forma más rigurosa posible sí habría que leerlo por completo y si es posible, más de una vez. Y para tomarle el gusto y cariño también. Sin embargo, leer un libro y “leer” una obra de arte pictórica o escultórica no es lo mismo. Ambas actividades, históricamente, han tenido procesos de secularización y democratización distintos. La UNESCO trabaja desde 1946 en programas de alfabetización como parte intrínseca del derecho a la educación. En 2020, la tasa promedio de alfabetización de la población adulta en Latinoamérica era de un 93.91% y en Europa, de un 98.59%. No hay estadísticas similares respecto al arte, cuya posibilidad de “entenderlo” y de interpretarlo, continúa manteniéndose en un pequeño fragmento de la población.
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      Sobre si es discriminación o no, la cuestión es que los museos de arte que la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro dirige son espacios públicos (no son un libro), por lo que sería deseable que su programación (que su carátula de presentación) fuera una que atendiera a más personas, más allá de las particularidades del pequeño grupo interesado de siempre. Si continuamos pensando al arte desde la lógica de que las personas debemos entenderlo para comprender a fondo su sentido, estamos partiendo de una idea clasista del arte. No que no exista, ha existido desde la concepción del arte como bella arte desde hace siglos, pero ¿no sería deseable que esa lógica se modificara por otra, tal vez por una más inclusiva?

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