Tiempo de lectura: 14 minutos.
Primera parte: chismecito contextual
En agosto de 2022, el entonces director del Museo de Arte Contemporáneo de Querétaro Papús von Saenger, fue destituido de su cargo; la razón detrás: la acusación de haber falsificado la firma de la secretaria de cultura del estado (Marcela Herbert Pesquera) en un documento oficial.
La primera vez que hicimos mención de este tema en frente de Marcela, ella se espinó. Nos dijo que Papús había falsificado su firma y que por eso había sido destituido. En ese momento Fauste Gracia y yo le mencionamos que nosotras sabíamos otra historia, aquella que se contaba entre la comunidad sobre su homofobia e intolerancia a las diversidades y disidencias sexogenéricas. La historia que nosotras sabíamos era que Marcela se había enterado de que Papús había besado a otro hombre públicamente y eso le molestó. Pensar que un funcionario público, un director de una dependencia de la SECULT, podía ser homosexual le habría molestado. ¿Acaso la homosexualidad no es inmoral?
A la par, días antes de la destitución de Papús del MACQ, el museo había organizado una sesión de vogue a la que se había invitado a toda la comunidad LGBTQ+. El 5 de agosto de 2022 el museo fue escenario de un ball; las personas de la comunidad nos preguntábamos entonces si este lugar era un espacio seguro, si un museo de este tipo (institucional, estatal, público) se habría convertido en un lugar de cuidado y expresión para las diversidades y disidencias sexogenéricas. Con Papús lo creímos; pero también supimos que esto no le había gustado a Marcela: una pasarela de personas trans en un museo de arte, desde su acotada definición de cultura, no podía serlo.
El 15 de agosto de 2022, Papús y Paola Romero (encargada de los convenios con la Universidad Autónoma de Querétaro por instrucción de la SECULT) fueron informados de su destitución, sin derecho a réplica. Paola fue varias veces a la oficina de Marcela para aclarar lo que había sucedido con el documento, pero la secretaria nunca la recibió. El 18 de agosto Papús firmó la entrega del museo.
¿Qué era lo que Paola quería comunicarle a Marcela sobre la firma? Pues al parecer Papús sí firmó un documento que tendría que haber firmado la secretaria, pero al estar la administración en cambio, Paola, junto con las personas de la UAQ, acordaron que Papús podía firmar el documento (con su firma, claro), en lugar de Marcela. Y esto fue lo que Papús hizo, firmar un documento con su firma; acción que está lejos de ser una falsificación como de la que se le ha acusado.
Y nosotras… ¿qué hacíamos en la oficina de Marcela aquel día, si no somos sus allegadas ni queríamos ser sus nuevas mejores amigas? Pues resulta que como suplente de Papús, un día después de que éste y Paola fueran informados de su destitución, Marcela nombró a su galerista como directora del museo. Para el 16 de agosto el MACQ ya tenía una nueva directora: Rosa María Zorrilla Saavedra, quien así como un día apareció en la escena del arte en la ciudad de Querétaro, también desapareció fugazmente.
Ese día nos reunimos con Marcela porque ella insistió en ver a Fauste, quien dos horas antes de la reunión había realizado una rueda de prensa relacionada a los actos de discriminación y violencia en materia de género que había experimentado por parte de Rosa María. Dichos actos sucedieron durante la preproducción y producción de la exhibición “(DES)IDENTIFICACIÓN: Teorías y prácticas de género desde una identidad otra”, presentada en las salas del MACQ. Cada vez que le damos vueltas al asunto, Fauste y yo estamos convencidas de que Marcela creía que con esa reunión nos daría atole con el dedo y que seríamos peonas de fácil descarte. Se equivocó.
En dicha reunión, Marcela nos comunicó sobre la destitución de Rosa María como directora; un hecho que parecía que se adjudicaba como correcto, pues dentro de su secretaría había cero tolerancia a la intolerancia de cualquier tipo. Nosotras le explicamos que no bastaba con destituir a una persona, pues cortarle la cabeza a alguien no modificaría en nada la estructura ni tampoco cambiaría las malas prácticas de la secretaría –fue entonces que mencioné lo que sabíamos sobre Papús–. Ella, queriendo darle la vuelta a la página, nos ofreció la cabeza de Rosa María emplatada. Pero nosotras no queríamos ese premio, sino cambios significativos que aseguraran que ninguna otra persona pasara ni por lo que pasó Fauste ni Papús o Paola.
Seguramente cuando nos citó, Marcela pensó que esa sería la última vez que tendría que recibirnos en su oficina, pero para su mala suerte tuvo que vernos la cara durante los siguientes 8 meses. Para nosotras lo que había sucedido con Rosa María no era el tema de una sola persona maltratando a otra sino que se trataba de una práctica sistemática, calcificada en el esqueleto de la SECULT, que enseñaba su rostro de distintas formas: clasismo, racismo, etarismo, homofobia, lesbofobia, transfobia.
Entonces, Fauste le pidió a Marcela que realizara una serie de acciones afirmativas para resarcir los daños ocasionados, pues una disculpa a puerta cerrada y la destitución de la directora no eran suficientes. Las solicitudes fueron tres: entregar una carta de disculpa sobre los hechos, firmada por Marcela; capacitar en materia de perspectiva de género, derechos humanos, diversidades y disidencias sexogenéricas al funcionariado público, de manera constante; y por último, elaborar un protocolo de atención a casos de violencia de género y discriminación para usarse dentro de la SECULT.
Para marzo de 2023, junto con Ariana Ibañez y Fabián Verdín, nos habíamos colado dentro de la secretaría. Dimos una serie de talleres sobre diversidades y disidencias sexogenéricas con el objetivo de informar y de sensibilizar al personal de la SECULT sobre estos temas. Los talleres los impartimos con la guía y el acompañamiento de profesionales en temas de discriminación y violencia de género, como Alejandra Martínez Galán y Mauricio Olivares Méndez. Trabajamos directamente con Marcela (cuando no faltaba a los talleres), con su equipo directo de trabajo y con personas encargadas de dirigir o coordinar las diferentes dependencias de la SECULT.
En esos talleres conocimos más a fondo a Sheila Caballero Nuño (entonces coordinadora del Centro de las Artes de Querétaro) y a su equipo de trabajo: Pedro Cruz Hinojosa (encargado del área de educación) y Mónica Arandia (encargada del área de producción artística). En su momento les identificamos como aliades dentro de la institución porque coincidimos en la razón de ser de la secretaría de cultura y del centro de las artes: apoyar a lxs artistas, ofreciendo programación relevante para lxs habitantes de la ciudad.
Ocho meses después, cuando salimos de la SECULT, enojadas, emperradas por su discurso caduco y rancio que defendían a toda costa, no pudimos evitar pensar en Sheila, en Pedro, en Mónica. Nuestros talleres les habían expuesto más que nunca a la moral conservadora de la administración en turno; no sólo su identidad y orientación sexogenérica no cuadraban dentro de la cisheteronorma sino que su postura política ante la cultura y la institución pública era distinta a la de Marcela y su equipo más allegado. Y aunque para Marcela hay cero tolerancia a la intolerancia, de a poco, les aliades fueron saliendo del CEART; primero Pedro, luego Mónica y por último Sheila.
Segunda parte: el nuevo incendio
El caso de Sheila ha resonado estos últimos días y no dista mucho del caso de Papús: abuso de poder, discriminación por orientación e identidad sexogenérica y hostigamiento laboral sin derecho a réplica. Nosotrxs bromeábamos (y no) de que Sheila era como un oasis en un desierto seco e infértil, una grieta por donde el agua fresca se colaba dentro de la institución, una fractura, una porosidad, una posibilidad otra de hacer las cosas diferente, bien, en sintonía con las necesidades de lxs artistas y la comunidad en general. Lo mismo pensábamos de Papús, quien llevaba cuatro años dirigiendo el proyecto del MACQ y lo estaba haciendo muy bien. Pero pareciera que para Marcela, gente como Sheila y Papús son necesaria y convenientemente descartables porque disienten con su perspectiva.
El pasado 5 de junio de 2024, Sheila fue citada en la oficina de la directora de educación artística y servicios culturales de la SECULT (Claudia Nevárez Lázaro) quien le indicó que Marcela solicitaba su renuncia voluntaria. Sheila se negó a firmar e hizo las denuncias pertinentes en las instancias competentes; pero un día después, el 6 de junio, Sheila ya había sido dada de baja administrativamente y para el 11 de junio había recibido un correo electrónico de la unidad de apoyo administrativo, firmado por Alma Delia Ibarra Cervantes, para solicitarle la entrega de su puesto como coordinadora del CEART.
Cuánta premura de Marcela por destituir a su personal disidente y siempre de la misma manera: enviar a la segunda persona en mando a notificar, negar el derecho a réplica, cerrar la puerta y esperar que nadie se entere. Si Papús y Sheila hubieran sido como Rosa María nadie se hubiese enterado de nada, pues ella entró y salió como estrella fugaz en una noche nublada. Por ahí corre el chisme de que la destitución de Rosa María fue por una cagada de ambas –y no por el tema de Fauste–: Rosa María mandó pintar las paredes de un recinto del INAH, restaurado con una inversión estatal/federal de 36.4 millones de pesos, con ¡¡¡vinílica roja!!!! Marcela debió de haberle cortado la cabeza por ser una incompetente profesionalmente y no por transfóbica… al final del día ella le contrató como amiga, allegada y colega.
¿Por qué salimos emperradas de la reunión con Marcela y su equipo hace un año? Pues porque aún después de haber estado 8 meses en diálogo; después de haber realizado los talleres de sensibilización en materia de disidencias y diversidades sexogenéricas; y después de haberles entregado un diagnóstico sobre las problemáticas, necesidades y propuestas de acción de la comunidad artística de Querétaro –realizado por especialistas de la Universidad Autónoma de Querétaro–, la secretaria y su equipo nos respondieron de la peor manera posible. De acuerdo a sus estándares y revisiones, la SECULT ya se encontraba atendiendo todas las faltas señaladas por una parte de la comunidad artística de la ciudad de Querétaro y por tanto, no había necesidad de realizar ningún cambio estructural.
Y bueno, a un año de este último desafortunado encuentro que tuvimos con Marcela y su equipo, nos volvemos a preguntar si la realización de un protocolo de atención a casos de violencia de género y discriminación para usarse dentro de la SECULT –como el que solicitábamos que se realizara–, no hubiera sido de fundamental ayuda ahora para Sheila. Desde luego que a Marcela no le conviene que esto exista, pues si existiera, ella tendría que dejar de abusar de su poder, abandonar el despotismo desde el que se ha manejado hasta ahora y dirigir una institución que protege tanto al funcionariado público como a lxs artistas, y esto, no pareciera que a Marcela le interese.
Marcela: tu discurso de cero tolerancia a la intolerancia se derrumba ante tus actos; mandar pedir que se censure una obra de teatro por abordar temas políticos es profundamente intolerante; despedir a un director de museo por ser homosexual y recibir a la comunidad LGBTQ+ en su espacio también lo es; ¿y qué crees? destituir a una coordinadora de un centro de arte por ser abiertamente lesbiana también es mostrar una profunda intolerancia hacia las disidencias, hacia la diversidad y lo diferente a tu moral conservadora. ¿Pero sabes qué pasa? Desde enero de 2022 eres una funcionaria pública y como tal, tus deberes tendrían que estar abocados a la ciudadanía y no a tus intereses privados, particulares y subjetivos.
Te lo volvemos a recordar (a ti y a todo tu equipo de trabajo), ustedes, como funcionariado público, tienen responsabilidades particulares más allá de sus elecciones personales y morales conservadoras. En su práctica pública no tendrían que entrar ni sus juicios de valor, ni prejuicios ni opiniones personales. Desde luego que el gobernador estatal Mauricio Kuri González te ha hecho creer lo contrario (he has pampered you a lot); te ha mimado a tal punto que crees que lo que estás haciendo está bien, pero no lo está. Ya te lo dijimos una, dos, tres veces. Entendemos que te cuesta trabajo entender que no entiendes, ¿tal vez si te explicamos con manzanas entenderías? Pero ¿neta? ¿Una secretaria de cultura estatal que no entiende cuál es su función como tal?, ¿que no entiende de cultura, de diversidad?
Y entonces nos preguntamos ¿por qué sigues allí? Los rumores corren por esta ciudad como cucarachas en las alcantarillas en temporada de calor y la hermosa imagen que crees tener se ennegrece cada día más y más. La comunidad artística no te quiere, pensamos que eres una incompetente y que además eres clasista y homolesbotransfóbica. Acá la cero tolerancia a la intolerancia está por desbordarse, basta de discriminación sistematizada y de violencias estructuradas dentro de la secretaría de cultura del estado de Querétaro, el Centro de la Artes de Querétaro y el resto de las dependencias de la SECULT en el estado.
No queremos saber más de discriminación por identidad ni orientación sexogenérica ni por disenso político dentro de la SECULT. Un estado que da la espalda a la diferencia, que clausura la diversidad, es un estado fascista. La comunidad artística de la ciudad de Querétaro rechaza estos y todos los actos de discriminación y violencia realizados por el personal de la SECULT hacia el funcionariado, así como hacia lxs artistas y hacia la comunidad en general.
Basta de que abuses de tu poder, cobijándote bajo el resguardo de Kuri. Si nos escucharas, si escucharas a la comunidad artística, si hubieras leído y analizado el diagnóstico que te entregamos en su momento, tu administración habría podido ser otra. Ahora la comunidad artística te percibe como la inepta, la torpe, la incapaz de llevar la dirección de la secretaría de cultura del estado y esa será la marca de tu administración. Alguna vez Fauste te lo dijo mirándote a los ojos: “si estás dispuesta a hacer cambios estructurales en materia de discriminación y violencia de género (en su grande espectro), estás a punto de generar un gran cambio en la historia de la cultura de Querétaro y podrás ser recordada como la secretaria que impulsó estos cambios”.
Preferiste ignorarla, negar tus fallas y seguir adelante con una gestión llena de faltas, malas prácticas y sesgos conservadores. Sabemos que tus prejuicios y formas no son sólo tuyos sino que se sostienen en un sistema y estructura heteropatriarcales, pero eso no te exime, pues desde tus malas prácticas los sigues aplicando y dando continuidad.
¿Acaso Kuri te llevará a la guillotina como hiciste tú en su momento con Rosa María Zorrilla, entregándonos a la comunidad artística tu cabeza emplatada? Seguramente no lo hará. Pero queremos recordarte que las posiciones de poder siempre, siempre, se pierden; en tres años dejarás de ser la secretaria de cultura del estado y ¿entonces qué? ¿Dirigirás otro museo o te catapultarás a una senaduría? o ¿quizás concurses para una residencia en Suecia, donde la cultura sí es cultura, y vuelvas a dedicarte a la pintura?
No importa qué hagas después, Marcela. Siempre serás recordada como la secretaria de cultura que fue puesta en el puesto por un favor, sin tener la capacidad para serlo; como una secretaria ineficiente e ignorante que carecía de un plan de acción; como una secretaria que no entendía que no entendía, pues tenía un profundo desconocimiento de la sociedad a quien servía. No te queremos Marcela, ni a ti, ni a tu equipo de trabajo que te secunda, ni a sus discursos conservadores que dejan de fuera lo disidente. No somos una golondrina, somos decenas, cientos, y te queremos fuera.
—
Este es un artículo estrictamente de opinión que responde al estilo propio de la autora.



